La epidemia de abuso de opioides ha tenido un impacto devastador en Estados Unidos, siendo considerada una crisis de salud pública. Según datos del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), cada día mueren en el país alrededor de 130 personas por sobredosis de opioides, y los costos económicos y sociales asociados a la epidemia son astronómicos. En este contexto, se hace imperativo buscar soluciones efectivas para combatir esta problemática y aquí es donde los anestesiólogos pueden desempeñar un papel fundamental.
Los anestesiólogos estamos capacitados para proporcionar una analgesia adecuada y minimizar el uso de opioides durante el periodo perioperatorio. Como especialistas en el manejo del dolor, podemos intervenir en diferentes momentos para limitar tanto la oferta como la demanda de opioides.
Un régimen analgésico multimodal que combine técnicas no opioides y analgésicos opioides en dosis bajas es una estrategia efectiva para disminuir el consumo de opioides y, en consecuencia, los riesgos asociados a su uso. Además, la educación de los pacientes y sus familias sobre los peligros de los analgésicos opioides y la promoción de opciones de manejo del dolor no opioides son esenciales para reducir la demanda de estos fármacos. El uso de técnicas regionales de analgesia y la anestesia total intravenosa también son opciones que permiten reducir el uso de opioides.
La epidemia de opioides es un problema de salud pública que afecta a millones de personas en Estados Unidos y requiere de la colaboración de diversos actores para su solución. En este contexto, los anestesiólogos podemos desempeñar un papel fundamental en la implementación de estrategias que permitan disminuir el uso de opioides y, en consecuencia, mejorar la salud y el bienestar de nuestros pacientes. Nuestra experiencia en el manejo del dolor perioperatorio los convierte en una pieza clave en la lucha contra la epidemia de opioides en Estados Unidos.
